Dietas de verano pueden gatillar anorexia y bulimia en adolescentes

Dietas de verano pueden gatillar anorexia y bulimia en adolescentes

Impactar con una imagen renovada impulsa a jóvenes a adelgazar sin
importar el costo. Con estrictas dietas y mucho ejercicio, pueden
traspasar el límite de lo saludable.






Con un peso que siempre mantuvo en rangos normales, Antonella (22
años, bailarina), cuenta que cuando chica le encantaban las golosinas y
era muy buena para comer. Sin embargo, recuerda, su relación con la
comida cambió al cumplir 13 años e iniciar clases de danza: "Me di
cuenta de que si quería ser una buena bailarina, no podía ser
rellenita". Su peso entonces era de 49 kilos, el normal para su
estatura de un metro y cincuenta centímetros.

A esa edad, en las vacaciones escolares de verano en Viña del Mar,
su deseo por bajar de peso se convirtió en un plan que cumplía
diariamente una estricta rutina. Despertaba poco antes del mediodía y
no tomaba desayuno, al almuerzo comía lo menos posible y para combatir
el hambre del resto del día masticaba chicle o comía pastillas de menta.

"Yo pensé que me veía linda, hasta un día que paseaba junto a mi
mamá y una señora se acercó a mí y me dijo que me veía horrible. Ahí me
largué a llorar". La restricción de alimentos a la que se sometió con
la idea de mejorar su aspecto la hizo perder 10 kilos, llegando a pesar
39. Acompañada de su madre fue a una nutricionista, donde se dio cuenta
de que necesitaba ayuda para superar ese inicio de anorexia.

PESO DE LA IMAGEN

"Cuando regresé era otra persona. Los que antes no sabían que yo
existía ahora me miraban, se daban cuenta de mi presencia", relata
Cielo Latini en su libro Abzurdah. La periodista argentina, que sufrió
anorexia, cuenta la reacción en sus compañeros de colegio cuando a los
13 años regresó de las vacaciones con nueve kilos menos. Al terminar
las clases estaba decidida a no ser la "gorda rechazada", y en los
meses de descanso se sometió a largas jornadas de natación y comió
muchísimo menos.
El 40% de los casos de anorexia y bulimia parten con las dietas de
verano, establece un estudio realizado el 2007 en España por la
Fundación ABB, que atiende a pacientes con estos trastornos en sus
centros de Málaga, Sevilla y Barcelona.
Lilian Urrutia, siquiatra chilena especialista en trastornos de
alimentación, indica que muchas niñas con anorexia admiten que todo
partió en verano, porque se sentían "poco populares" y al ver cómo la
disminución de peso se correspondía con mayor aceptación, perdieron los
límites. "Entre los adolescentes existe mucho rechazo hacia los que
consideran más gordos. Para ellos la imagen es un tema de pertenencia",
explica.
Además, en verano al usar menos ropa y estar más expuestas a las
miradas externas, las niñas aumentan su preocupación. Buscan resultados
rápidos en corto plazo y recurren a dietas radicales, ayuno y muchas
restricciones, bajando incluso más de 12 kilos en dos meses, dice
Urrutia.
Entre los 13 a 14 años las adolescentes atraviesan por una etapa de
gran vulnerabilidad a enfermedades como anorexia o bulimia. Pero no
todas las que inicien una dieta veraniega se exponen a estos
trastornos, aclara Paula Díaz, sicóloga clínica de Clínica Santa María:
"Generalmente existe un factor de ánimo importante. Además, hay una
personalidad disminuida que las lleva a no sentirse satisfechas
emocionalmente, producto de separación de los padres o alejamiento de
amistades".
Fuente: "La Tercera"